jueves, 2 de octubre de 2008

Mi vida por la Pantalla


Lo intenté. Juro que lo intenté. Pero el medio se empeña en que termine pensando que, no importa lo enorme y asombrosa que me parezca decadencia humana, siempre se supera a si misma. El que cualquier persona esté dispuesta a todo con tal de figurar por la pantalla de inmediato es síntoma de que algo no está bien. Y el que lo hagan de tal forma en que resulta imposible no dudar de la existencia de materia gris al interior de su cráneo lo hace aún peor.
La televisión es un reflejo de la sociedad, o al menos, de las sociedades que tienen televisión y no está controlada por cualquier tipo de conspiración: Gubernamental, terrorista, etc. Y francamente, creo que en su mayoria la televisión chilena se esfuerza en mostrar lo peor de nosotros.
No pido que todo lo que aparezca en pantalla sea de la línea de "La Belleza de Pensar". La ociosidad es necesaria, y muchas veces es necesario ver un programa frívolo y sin sentido, por el bien de nuestra salud mental. Pero ¿Realmente queremos ver cómo los famosillos se amenazan con querellas a diario?¿Es la farándula una necesidad vital? Obviamente todos queremos ser queridos, y para algunas personas, el ser reconocias en la calle puede ser una sensación adictiva, un medio de elevar un ego golpeado por perder una pelea en un bar de moda.
Pero cómo no voy a hacer el papel (una vez más) de pseudo-intelectual densa si al encender la televisión lo primero que escucho es una declaración tan profunda como "El está actuando como un cobarde, porque no quiere reconocer que nos acostamos en un motel..." Por favor, si alguien logra explicarme como es que una persona quiere ser reconocida en la calle por haberse acostado con otra patética estrellita del jet-set chileno, prometo solemnemente audicionar para cualquier programa que jure y rejure que participando en él, conoceré al amor de mi vida y tendré el más espectacular y pomposo matrimonio televisado.
Cada noche pido al más farandulero de los personajes de ficción que me permita conocer a la persona que asesora a todos estos infelices. O a los infelices mismos, porque si están dispuestos a hacerles caso, también son dignos de mi atención. Realmente quiero entender cómo son capaces de exponerse a las burlas, críticas y comentarios, con tal de estar en un aportada...y querellarse cuando les resulta.
Claro que podria cerrar los ojos, o simplemente cambiar de canal...¿Dónde, a Discovery Kids? La farándula parece ser invasiva y adictiva, en especial para quienes sufren de carencias afectivas o poseen el coeficiente intelectual de una baldosa. Una baldosa especialmente tonta, para ser exactos. Como pseudo-intelectual amargada no puedo pensar en otras opciones.
No me queda más que asombrarme por aquellos cuya máxima idea de realización personal es tener un par de portadas en LUN por haberse acostado con un par de personas o haber publicado fotos de otras.
Pero debo ser justa con mi pais. La farándula es universal. El hecho de que la muerte de Lady Di obtuviera más cobertura que la segunda guerra mundial nos habla de las prioridades del mundo globalizado. Y eso que al menos en las guerras existe el temor que tu pais participe y tengas que evacuar o refugiarte. El temor de que bombardeen tu casa inevitablemente lo hace interesante.
Por otra parte, además de una princesa menos y un féretro más, no veo la relevancia. Era una princesa, no la diosa de las cosechas. Aunque rescato la canción que compuso Elton Jhon como homenaje póstumo. Fuera de eso, la historia es bastante aburrida; aunque de seguro la Realeza no opina lo mismo.
Después de todo, no fue cualquier notición farandulero. Este era inglés, y además, Diana de Gales era rubia natural. A menos que tengas fotos que muestren lo contrario.

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